12 de agosto de 2009

Lo "políticamente correcto"

Martin T.


Antes que nada considero necesario manifestar las cosas que motivan que escriba estas líneas, mas allá del espacio propuesto a partir de este blog. Primero, las interminables discusiones de los sábados al mediodía entre mis abuelos (ambos Radicales) y mi viejo (kirchnerista). En esos momentos en que uno no sabe si cambiar el tema y hablar de algún pariente lejano que a nadie le interesa, pedir otro pedazo de flan o levantarse e irse, se hace preferible volcar algunas inquietudes que tienen que ver con la coyuntura política actual. La otra cuestión tiene que ver con una entrevista que se le realizó al diputado Jorge Rivas en TN. Cuando Ernesto Tenembaum le preguntó a Rivas que lo unía con el proyecto de los Kirchner, él diputado contestó: “sus enemigos”.

Lo “políticamente correcto” o el “humor” general, tanto en el ámbito universitario (que alguna vez tendría que hacerse cargo de algo) como en la calle, sería decir que este gobierno es un desastre, que los K se robaron todo, que no hay trabajo, que “no se puede vivir con la inseguridad que hay”, que es un gobierno autoritario, que le chupan la sangre al campo, que no hacen más que revolver el pasado, que han ¡humillado! a las Fuerzas Armadas, etc., etc., etc.… Pero fiel a lo que se propone desde este espacio de discusión, vamos a ignorar a los iluminados, aunque más no sea por un rato.

La primera aclaración que quiero hacer, antes que salte alguno, es que en las cuatro oportunidades que tuve, nunca vote a los Kirchner. Sin embargo, algunas políticas de estos 6 años de gobierno del Frente para la Victoria me han sido afines. La política de Derechos Humanos, cierto modelo industrializador, una, llamémosle, tibia inclusión social, el aire fresco que significó la renovación de la Corte Suprema, la gestión de Gines en Salud, la política cultural de canal 7 y de Encuentro, y algunas otras que todavía están por definirse como la ley de Radio Difusión (¿veremos el fútbol gratis?) o el proyecto de despenalización de la tenencia de marihuana. Como se puede apreciar, una serie de cuestiones que resultan importantes pero que no han tenido la profundidad necesaria.

Ahora bien, como hay cosas buenas también hay de las otras, esas que, quizás, hayan hecho que quien escribe no los elija a la hora de votar. Entre ellas, el verticalismo, la alianza con algunos intendentes del conurbano bonaerense, la pérdida de la transversalidad, el manejo poco claro del INDEC, algunos “personajes” nefastos: De Vido, Scioli, Moreno, Jaime, el vicepresidente Cobos (¿porque no se va?), la mala política comunicacional, el mal llamado “conflicto con el campo” (directamente relacionado con el punto anterior); en fin, seguramente me este olvidando de muchas más. Pero lo que intento decir es que considero que hay cosas (muchas) por cambiar todavía y que pareciera que el futuro presenta dos caminos. De eso hablaremos mas adelante.

Retomando la frase del diputado Rivas acerca de los “enemigos” del gobierno, les propongo hacer un breve repaso. En esta lista de lo que sería la oposición tenemos a: De Narváez y Macri, Carrio-Cobos (si, ¡otra vez!) y los Radicales, el grupo Clarín y todo el “periodismo (in)dependiente”, la Sociedad Rural y amigos (ahora devenidos en demócratas y populares); y podría seguir, pero mejor no, a ver si alguno se asusta y deja de leer.

Lo que quiero decir es que diera la sensación que, permítaseme la metáfora, este colectivo, al que llamamos Argentina, está desvencijado hacia la derecha, y que del otro lado no habría muchas opciones reales y con un futuro cierto.

Algunas preguntas quedan abiertas. ¿Son los Kirchner la única opción “de izquierda” para el futuro cercano? ¿Se animará el gobierno a profundizar cierto modelo de inclusión? ¿Terminaran conservando el poco espacio que pareciera quedarles? ¿El peronismo terminará cerrando detrás de algún candidato ungido en algún asado multitudinario? ¿La UCR se pondrá alguna vez los pantalones largos o se encaminará detrás de algún monigote de ocasión? ¿Todos los caminos conducen a la derecha? Como ven, son muchas preguntas para ser respondidas en este espacio y no creo, además, que alguien pueda responderlas en este tiempo.

Por lo demás, me parece que quedan mas cuestiones abiertas que las que se hayan podido cerrar. Mi inquietud inicial sigue abierta, y por ello espero sus comentarios, aportes y, por supuesto, críticas.

11 comentarios:

  1. Los felicito por el blog a todos y por la nota a Martín. Coincido en el repaso de lo que considerás positivo y sobre aquello que considerás negativo del gobierno. La imagen de un país más volcado a la derecha es bastante cierta, pero tenés que recordar que son los principales medios de comunicación masiva los que alientan esa imagen (De Narváez es uno de los dueños de América TV por ejemplo; ojo, no adhiero necesariamente con esto a la idea de "sensación de inseguridad". El problema está en eso que llamás izquierda o derecha; tenemos una idea vaga sobre lo que es definitivamente de derecha pero no tenemos en claro que es una opción de izquierda. Claramente, en este sentido, los kirchner no son una opción "de izquierda" (adhiero a tu entrecomillado). Quizá nos falten alternativas en ese sentido, y por eso nuestro país está volcado hacia el otro. Todo esto, si es válido seguir hablando en esos términos. Tendríamos que empezar por preguntarnos eso. Respecto de la inclusión, recuerdo que cuando Miceli llegó al gobierno se la instaló como una profesional de la economía con una formación afín a ideas redistributivas de la riqueza (no de la renta)
    pero esta idea se esfumó rápidamente. No se que opciones tenemos, mientras quienes quieran realizar cambios se vean dentro del gobierno con gente que no los quiere llevar a cabo, la tarea es difícil sino imposible(sino pregúntenle a Ocaña). Aplaudo nuevamente el espacio. Saludos, Benja

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  2. La verdad que las dudas que planteas creo que se nos generan a muchos ante la situación de elecciones. Debo admitir que nunca en mi vida se me hubiera pasado por la cabeza votar a algún peronista(perdón por el gorilismo), pero ante la alternativa que se planteaba lo creí la mejor opción(aunque no haya podido votar).
    El problema que me parece ver, y que el comentario de Benja me hizo notar más, es que la división entre voto de "derecha" o "izquierda" es una falacia. Ninguno de los candidatos que haya sacado más del tres porciento merece ser denominado como de izquierda, pero me parece que la disyuntiva se presenta entre quienes son plenamente neoliberales y quienes creen en alguna alternativa un poquito más progresista.
    En cuanto a las otras alternativas, algunas son una nueva "brisa menemista", otros son cadaveres que tratan de sobrevivir a un fracaso que forjaron, y algunos no merecen ser considerados siquiera como una opción.
    El problema que se nos plantea a veces es que el juego político es restringido, y si bien no hay una opción seria y con posibilidades desde la izquierda, y terminamos votando a quien mejor nos parece que puede llegar a gobernar, aúnque no nos convenza del todo....
    Emmanuel J.

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  3. Fernando M. Suárez12 de agosto de 2009, 23:09

    Excelente inicio camaradas, y - espero no moleste la insistencia - estoy cada día más gratamente sorprendido del vuelo intelectual de nuestro amigo Martín, y reflejo de ello es este post de lo más interesante. Al mismo tiempo me alegra que algunas ideas sueltas en una mesa de café tomen esta forma mucho más productiva y, a la vez, preservable en el tiempo.
    Sin embargo, y sin poder con mi genio, tengo algunas observaciones/críticas que efectuar.
    1) Noto una preocupación marcada, menos en el autor que en sus posteriores comentaristas, de una especie de (auto) preservación ideológica. Es decir, no importa qué es lo que queremos o defendemos políticamente, siempre y cuando no quedemos tildados de derechosos, gorilas o liberales. Y en ese ejercicio nos desligamos absolutamente de cualquier cosa que parezca un compromiso.
    2) Y acerca de la idea que desllizara con tibieza Emma(nuel J.)en la parte final de su comentario es necesario darle más importancias. El "voto útil" es una cuestión no menor en una concepción de la política, y disculpenme mis amigos (aunque a Juan le va a gustar esto), excesivamente electoralista. Por ende los costos y las ganancias se reducen al mismo juego, apostamos ciegamente a una alternativa con igual posibilidad que haga o no lo que nos parece correcto, con la esperanza, siempre intelectual, de poder repudiarlos en caso de que no cumplan con lo que nos parece mejor a nosotros o, como hace Martín, jactarnos de no haberlos votado a pesar de no parecernos tan malos.

    La política es un mundo de pasiones, y no es casual que Rivas haya utilizado la idea schmittiana de "enemigo", y no algunas más moderadas. Es una estrategia del oficialismo en estos momentos enmarcarse como la UNICA opción posible ante los avatares de la derecha, y es una decisión creerlo o no y actuar en consecuencia. En todo ello creo que lo que más nos debemos es justamente eso: "ACTUAR EN CONSECUENCIA".

    FEr

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  4. Juan Jose Cassanelli13 de agosto de 2009, 1:16

    Felicitaciones martin por el articulo...Me parecen sugerentes algunas apreciaciones y es estimulante hacer balances sobre el gobierno; sobre todo ante el dibilitamiento e irremediable ocaso del kirchnerismo.Sin embargo, tengo que señalar algunas cuestiones que no comparto, sobre todo la caracterizacion del kirchenerismo (sobre esto quiero detenerme).
    En primer lugar, creo que no deberiamos analizar por partes al gobierno, sino global o estructuralmente...el tema de la inclusion me animo a decir que nisiquiera puede ser catalogado como "tibio": el crecimiento economico de los primeros 5 años, se dio a tasas asiaticas, segun los economistas y el propio vanagloreo del gobierno. Mientras tanto lo que tambien subio fueron los indices de pobreza y exlusion.
    Por otra parte, algunas de las politicas "progresistas" bien podemos vincurlarlas con un agotamiento del discurso o consenso neoliberal (que explica el fervor "antineoliberal"), o con un gobierno que asumio con pocos votos, y no con una voluntad politica. En la practica persisten una y otra vez las viejas mañas de la "corporacion politica" y los puñales por la espalada: un primer gobierno que asumio con el apoyo de movimientos sociales pero cuando tuvo que cerrar filas cedio a la "pejotizacion" (parte de las responsabilidades le cabe tambien a los organizaciones que no pudieron o no supieron ampliar la agenda), un gobierno "defensor de los derechos humanos" pero que criminaliza a los movimientos de desocupados y persigue a las organizaciones sociales con pocas diferencias a lo que Macri viene realizando implacablemente en capital. Sin mencionar otras cuestiones como haber aceptado a Rico (en su momento) o Gioja y una gran cantidad de funcionarios del menemismo.
    En cuanto a lo que decis de la oposicion comparto plenamente todo lo que decis (falto alguna mencion a la centro-izquierda, la cual mas o menos conozco tu opinion).
    AH me olvidaba yo si vote en el 2003 al kirchnerismo (fue la primera vez que vote), y es bueno reconocerlo.

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  5. Antes que nada, felicitaciones por A30F por el blog, y Martín por el post. Coincido con emma en que la división demasiado tajante entre las opciones políticas de izquierda y de derecha es ficticia. De hecho podríamos analizar el derrotero político del kirchnerismo mismo y darnos cuenta de que no es fácil de clasificar, teniendo en cuenta las virtudes y defectos a que Martín hace referencia. Incluso a la hora de nombrar a sus enemigos actuales no se puede pasar por alto que muchos fueron aliados: Sola, Cobos (junto con la parte del radicalismo que hoy vuelve como el perro arrepentido), hasta el grupo Clarín y el campo tuvieron su affaire kirchnerista. Es evidente entonces que los contornos son difusos y esto es resultado no de una coyuntura particular, sino de un proceso de consolidación de una lógica política que juega con la ambivalencia discurso-praxis. Desde que el "discurso de izquierda" fue coptado por el kirchnerismo, asumimos inmediatamente que la oposición, toda la oposición, es de derecha. Y curiosamente, el discurso de la oposición no es (como podría ser el de Lopez Murphy) sinceramente y abiertamente de derecha, aunque sus candidatos hayan demostrado sobradamente estar lejos de ser de izquierda. A lo que voy, en sintonía con el planteo final de fer, es a que no necesariamente la única alternativa política de izquierda hoy es el kirchnerismo (si es que consideramos al kirchnersimo de izquierda...). Al contrario, creo que es el momento de que se forjen armados políticos que no tengan los vicios del PJ, ni la obsecuencia de la UCR, y que puedan configurar un campo realmente de izquierda progresista. El socialismo de Santa Fe, el Encuentro de Sabatella, el Proyecto Sur de Solanas y Lozano, las alternativas existen. La pregunta, la duda, es si es posible que todas estas fuerzas consoliden corriente política que las incluya y tenga una estructura lo suficientemente fuerte como para competir con los dos grandes partidos, o si la articulación con el PJ o la UCR es necesaria para toda alternativa de política, y en ese caso, cómo se da esa articulación...

    Felicitaciones de nuevo
    Hernán

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  6. Quiero comentar dos cositas nada más. Primero, nobleza obliga, gracias todos por sus comentarios, los que se publicaron y los que no. Segundo, me alegra saber que el post haya suscitado diferentes apreciaciones y que todas han derivado en aportar algo más a lo propuesto por mí, porque esa era la intención. Por último, me interesaría dejar algo más. Es verdad que la división que hago entre opciones “de derecha” y opciones “de izquierda” es un poco simplista, sobre todo, teniendo en cuenta que, en este país, el solo hecho de la presencia del peronismo, con su difícil encasillamiento en alguno segmento ideológico específico, genera dificultades a la hora de tratar de dibujar un esquema político de la Argentina. Simplemente, esa división simplista entre el binomio derecha-izquierda entiéndase como una limitación conceptual de quien escribe.
    Por lo demás, gracias a todos nuevamente.

    Martín T.

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  7. En primer lugar quería dar mis felicitaciones a los creadores de este espacio y las gracias por dejarme participar en él. Como sabrán, la tecnología no es mi fuerte ni mucho menos estos nuevos espacios de comunicación como los blogs y el famoso Facebook que ahora están en boca de todos. No obstante debo pedir disculpas y reconocer que estaba equivocada cuando creía que en estos espacios no podía hacerse nada más que sumar esos nuevos amigos virtuales o tener citas amorosas vía Internet. El inicio que Martín le ha dado a este espacio demuestra que las nuevas tecnologías nos ofrecen un buen lugar donde expresarnos, compartir lo que pensamos y sobre todo, recibir los comentarios y las críticas necesarias para poder aprender.
    Luego de esta no breve introducción, me meto de lleno en el comentario al escrito de Martín, no antes de felicitarlo no sólo por sus palabras sino también por la claridad y la lucidez intelectual que demostró.
    Cuando escuché el comentario de Rivas al que Martín hizo referencia lo interpreté como un intento más de hacernos leer la situación política actual en clave maniquea. Así, siempre están “buenos” y los “malos”, los “amigos” y los “enemigos”, los “nosotros” y los “otros”. Creo que ese es un discurso permanente tanto del kirchnerismo como de la oposición, pero que no ha llegado a calar profundo en gran parte del electorado, que atraviesa a mi criterio una “crisis de representación”.
    Además del ya alevoso desinterés por la política, observo que en grandes sectores de la sociedad, entre los que destaca la cada vez más dudosamente existente clase media, existe una importante cuota de rechazo y odio al kirchnerismo (y hasta exagerado) que superan incluso las cuotas de temor y rencor al mismo. Creo que esto, basado en mis aún escasos conocimientos de la historia argentina y los aún todavía más limitados de la política argentina, conforma un terreno propicio para que para amplios sectores Macri, De Narváez, Michetti, o quienes conformen esa “nueva derecha” se presenten como alternativas políticas realmente viables a la permanencia del kirchnerismo en el gobierno.
    Buscando no excederme más e intentando practicar la brevedad y la eficacia, me despido con más felicitaciones y dándoles la bienvenida a todos aquellos que quieran pensar libremente y que no teman hacerlo por miedo al que dirán.
    Micaela

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  8. Claramente a Martín se le debe presentar un panorama no muy optimista los sábados al mediodía (y más aún luego de las últimas elecciones) cuando, al presenciar esos debates familiares de sobremesa, se encuentra escuchando una conversación entre "vencidos" - en su sentido electoral- (pensándolo como un sentimiento de derrota electoral y no tanto en cuanto al número objetivo de bancas legislativas que ocuparán las fuerzas políticas). Y se ve en su artículo, y en los posteriores comentarios, una latente inquietud derivada de la lectura: "gano" la "derecha", y eso, claro esta, nos genera sensaciones adversas.
    Pero ¿Cómo explicar(nos) esa victoria? No veo en la "omnipresencia" de los medios de comunicación, ni en el desinterés actual por la política, las claves para aproximarnos a esta problemática. Creo que debemos detenernos a pensar cómo esta "derecha" pudo articular su discurso con una demanda social latente. Por ejemplo, y pese a muchos disgustos, el tema de la inseguridad no lo inventó la "derecha", sino que es una problemática muy viva en lo cotidiano (si muchos la transforman en paranoia allá ellos), y entre las dos grandes soluciones: la izquierdo-socialista-progresista considerándola como un tema estructural, que encuentra solución en la reformulación más amplia de las diferencias sociales que nos aquejan; y la derecho-fascista-conservadora que apunta a que cierto tipo de sujetos son los que "nos hacen vivir con miedo" y que encuentra solución en la encarcelación de los mismos (para lo cual se necesitan más agentes policiales), evidentemente el discurso más "coyunturalista", más acorde con la lectura propia de estos tiempos (soluciones concretas e inmediatas), y no propuestas de "largo plazo", fueron las que prevalecieron.

    Muchas gracias por el espacio.

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  9. Fernando M. Suárez13 de agosto de 2009, 23:13

    No entiendo una cosa, decimos que las categorías de "derecha" e "izquierda" no sirven, que son vagas y difusas, pero a pesar de todo las seguimos usando, así sea con las cómodas comillas que todo lo justifican. Evidentemente no son tan vagas y suponen algo, tanto al momento de manifestarnos como al actuar.
    El personalismo político es otro elemento a tener en cuenta. Sin ir más lejos, en poco menos de un lustro Carrió pasó de la (centro)izquierda a la (centro) derecha, sin que esto supusiera un gran impacto para nuestros esquemas.
    Insisto en una cuestión, para terminar, debemos hablar en términos de medidas concretas y hacernos cargo de ello. Y si la derecha ganó, en su versión macri/de narváez, es porque fuimos incapaces de ofrecer una alternativa de signo contrario, y nos conformamos, repito esto, con no hundirnos en el barco: "total, nunca los voté".
    Si creemos que los K son la izquierda hagamonos cargo, y, en caso contrario, hagamonos responsables de resultados electorales que nos disgustan aún más.

    FEr

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  10. Se de antemano que mis felicitaciones son unas entre varias, pero no por eso dejaré exponerlas a los creadores de este espacio de reflexión y debate que nos hacen conocer sobre nuestro propio pensamiento, de tan fácil acceso para nosotros mismos, a menudo solo mediante las opiniones de los demás.
    Personalmente, creo que el tema de juego de “la izquierda y la derecha”, que, si bien siempre se ha caracterizado por su ambigüedad, ante la falta de elaboración de una propuesta sólida y de un proyecto político, no solo por parte de la oposición, sino del mismo oficialismo, ha derivado en un personalismo que ya ni siquiera está a la altura de las querellas partidarias de antaño (y no estoy por eso quitándole a la política argentina el carácter personalista supo hacer histórico). A lo que me refiero, en primer lugar, es que, como bien esta enumerado en el texto inicial de Martín, las descripciones (acertadas casi todas: en el tema de la inclusión, coincido con Juan) del desempeño del Kirchnerismo se presentan en base a la experiencia en el gobierno y no en base a su proyecto político; la oposición, por otro lado, carente de esta experiencia, consta solo de nombres, algunos más olvidables que otros, la siempre presente SRA y grupos periodísticos, cuya expansión como actores políticos indirectos es solo comparable a la pauperización de su contenido, que hoy día pretenden decidir qué balance debemos hacer de las gestiones de nuestros gobernantes. Así como es en los medios en los que gran parte de los individuos basan sus decisiones, este enjambre de personalidades, convertido en una suerte de farándula mediática, ha encontrado la salida a la tradicional fórmula de promesas incumplidas: las elecciones se han convertido en una carrera de popularidad, en la que las votantes prácticamente eligen al personaje que les cae más simpático o gracioso. Creo que esto va más allá de todo personalismo, si bien técnicamente no se lo puede dejar de denominar así.
    Siendo así, ante este panorama totalmente carente de proyectos y lleno de intereses individuales se generan situaciones polarización, en la que ambos “bandos” se recriminan mutuamente los errores que el otro ha cometido, como hemos podido observar en la patética “campaña electoral” que hemos padecido este año. Ante esto, la catalogación del otro dentro de la “izquierda” o la “derecha”, categorías que ya han alcanzado un nivel de abstracción tan distorsionado que hoy día nadie puede definirlas, pero sí automáticamente cree saber a que se refiere otro cuando las menciona.
    Es por eso que quiero destacar dos comentarios más. Por un lado el de Emmanuel acerca de la inexistencia real de dicha división, con lo que concuerdo totalmente, no solo dentro de la clase gobernante sino de la sociedad en general, ya que las relaciones en base a fines rigen nuestras vidas hoy más q nunca, algo que no concuerda con la adopción de una ideología “x”, pero igualmente la carga simbólica que estas evocan tienen un gran peso, algo que muchos dirigentes (muy especialmente del PJ) han sabido aprovechar. Esto me lleva al segundo comentario a destacar
    Siguiendo el último comentario de Fernando con respecto al uso de estas categorías, creo que estas se siguen utilizando por que satisfacen una necesidad, por un lado de que el oficialismo pueda “autodefinirse sin hacerlo”, es decir, presentarse como “de izquierda” o “progresista” frente a una oposición que claramente no puede hacerlo. Esto deja al Kirchnerismo como la “opción de izquierda” que ya se ha mencionado, no por que exista una inclusión social, sino porque no existe un proyecto político que reacomode el esquema ideológico, ante lo cual se vería la subyacente cercanía entre oficialismo y oposición. Pero dichas categorías son también respuesta una necesidad de autodefinición de la sociedad misma; son necesarias para delimitar al “enemigo”, y para encontrar afinidades (aunque inexistentes) con el nuevo líder que nos dirá a quien hay que excluir ahora para que “el país” siga adelante; quien es el OTRO que “tiene la culpa” esta vez de que hayamos votado mal.

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  11. Estimados integrantes de la Agrupación: sin ser miembro efectivo de su comunidad de forma directa, me siento cercano a ustedes por lo que primero antes que volcar mi opinión quiero felicitarlos por la iniciativa y sobre todo a Martín quien decidió jugarse con un tema político y no con alguna trivialidad como las "botineras" o si la selección debe jugar con todos bajitos o un referente de área (este último cobrará imprtancia a medida que se acerque el partido con brasil no?). Anoche tuve una conversación similar con mis viejos, mis hermanos y mi novia. Si bien no fue por excatamente los mismo carriles se puede hacer un paralelo entre ambas. Esta sitaución me recordó una charla anterior producida unos años atras, en medio del idilio del gobierno con la sociedad hacia mediados de 2005 maás o menos con algunos familiares más. En aquella ocasión era yo el que desde un discurso más progesista y de izquierda cuestionaba el modelo economico, la falta de profundidad en la política de derechos humanos, la falta de políticas de distribución de la riqueza y demás cosas que podría enunmerar y debía aguantar el embate de los demás que me custionaban mi exagerado criticismo. La cuestión es que años despues,en muchas conversaciones me encuentro en la posición inversa, es decir tratando de ser un poco más ecuanime que mis interlocutores sobre el accionar del gobierno sin por esto abandonar mis posturas críticas (estoy muy sabatellistico no?. Lo cierto que es que la política tiene tantas idas y vueltas que uno queda naufragando muchas veces a dos aguas. Esto es lo que a mi entender nos debe obligar a presentar batalla. Lo que define a cualquier partido político, agrupación o lo que sea son sus ideas, sus fundamentos y sus objetivos pero sobre todo sus acciones. De nada sirve definirse de "izquierda" si luego no nos comportamos como tales o vieceverza. A mi entender lo que hace falta es mucha participación, falta involucrarse y poner el cuerpo. La discusión sin la acción es solamente un ejercicio de retórica que a nadie le importa y que no nos sirve más que a nosotros mismos y más si siempre estamos discutiendo entre amigos y no debatimos con los que no piensan igual que nosotros. Si nos limitamos a definirnos ideologicamente solo por nuestro voto cada dos, cuatro o seis años dependiendo que estemos votando tenemos una concepción muy limitada de lo que es involucrarse en política. Tampoco estoy abonando un sentido de participación utópico, no me hace falta irme al congo belga a tratar de cambiar las cosas si en la facultad que es el ámbito que más frecuento tengo muchas cosas por hacer y cambiar. Hay que ser concreto, eso sí, la acción debe tener un sentido claro. No puedo ponerme a vender tortas en un pasillo porque se me ocurrió. Si las elecciones arrojaron un resultado que nos desagrada asumamos el compromiso de trabajar por aquello que queremos. Que estamos esperando para llenar de contenido a nuestras ganas de cambio y de trabajar por ellas? No hace falta saberse el capital de inicio a fin para intentar formar parte de un proyecto, pero estemos atento a que no todos se pueden subir a este barco, siempre hay un "enemigo" sin por esto ser maniqueo, sino reconocer que hay un "otro" tambien, como dice el bambino, enderecemos la proa y zarpemos nene.

    Alejandro

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